**Original Spanish version below**
Eva, my partner, and I started Couchsurfing by “chance”, as so many good things that have happened in my life.
While trying to exchange a house with a family from Belgium, they showed us Couchsurfing and thus we ended up spending more than 20 days with them at their house. By sharing a house with local people, they introduced us to the authentic life of that country and showed us the less touristy and more authentic places.
So then we had to try to host ourselves.
More than a hundred couchsurfers from all over the world have passed through our house. Families, couples in love, lonely travelers … who have shown us part of their culture, have become friends and with whom we have shared moments … and that is what matters when you review what you have done in your life. It goes without saying that we have to take advantage of this philosophy of life that unites all authentic Couchsurfers and that has offered us the possibility of knowing many countries, but most importantly, knowing the intimacies of its inhabitants.
We could share so many anecdotes from Iran, Belgium, Germany, Portugal, Ecuador, and in all of them there is a common feeling: sharing. Preparing a potato omelette for our hosts, listening to their songs live, laughing while we eat a special meal, accompanying them to local shows, having a few glasses of wine contemplating beautiful landscapes; a multitude of moments that have filled us with experiences and that are true jewels treasured during our existence.
Thank you Couchsurfing, Thank you global community of human beings who have lost their fear of strangers and opened their doors to share.
Encontré La Felicidad Compartiendo
Eva, mi pareja, y yo, empezamos en Couchsurfing por “casualidad”, como suceden tantos buenos eventos en la vida.
Intentando intercambiar casa con una familia de Bélgica, nos descubrieron CS y así acabamos pasando con ellos más de 20 días en su casa.
Descubrimos que al compartir casa con gente local, nos daban a conocer la auténtica vida de ese país y nos mostraban los lugares menos turísticos y más auténticos. Así que luego nos toco probar alojar a nosotros.
Más de un centenar de couchsurfers de todo el mundo han pasado por nuestra casa. Familias, parejas de enamorados, viajeros solitarios…que nos han mostrado parte de su cultura, se han convertido en amigos y con quienes hemos compartido momentos… de esos que importan cuando revisas qué has hecho en tu vida.
Ni que decir tiene que aprovechar esta filosofía de vida que une a todos los auténticos CS,s nos ha ofrecido la posibilidad de conocer muchos países, pero lo más importante, conocer las intimidades de sus habitantes.
Podríamos contar tantas anécdotas de Irán, de Bélgica, Alemania, Portugal, Ecuador…y en todas existe un sentimiento común: El compartir.
Preparar una tortilla de patatas para nuestros anfitriones, escuchar sus canciones en vivo, reírnos mientras comemos una comida especial, acompañarles a espectáculos locales, tomar unas copas de vino contemplando paisajes bellísimos; una multitud de momentos que nos han llenado de experiencias y que son verdaderas joyas atesoradas durante nuestra existencia.
Gracias Couchsurfing, Gracias comunidad global de seres humanos que han perdido el miedo a los extraños y abren sus puertas para compartir.